Ante
la situación algo inusual –por decir lo menos- de contar con cierta cantidad de
dinero “de más”, se plantea la opción de hacer crecer aún más aquel capital con
un negocio propio. Pero también surgen otras opciones como invertir en acciones y entrar a la Bolsa de Valores.
Una
vez inmerso en el mundo de la BVL, si bien
es cierto seguir los pasos indicados nos puede significar sendas ganancias,
algunos pasos en falso nos pueden alejar de la estabilidad económica y nos
podemos encontrar de repente en un serio aprieto.
Pero
para ello la información que reciba debe ser de primera calidad. Los riesgos a
los que un inversor nuevo está expuesto, es similar a los riesgos a los que
cualquiera puede encontrarse si se aventura en un terreno desconocido y agreste
sin guía ni brújula.
Las acciones comunes
deben manejarse adecuadamente, y para ello una asesoría apropiada es aquella
que provee la Sociedad Agente de Bolsa con la que trabajamos. Estas SAB son
obligatoriamente requeridas, pues legalmente son las que realizan las
operaciones con nuestro dinero dentro de la Bolsa.
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